Fucking Perfect-Pink
Había recibido la invitación mientras estaba en Francia; era un reencuentro de toda la Secundaria, lo que significaba volver a recordar aquellos tiempos en donde no era…nadie, y que había tratado de mantener escondidos en mi memoria.
Una parte de mí se negaba a volver a ese lugar donde había pasado los peores momentos de mi vida, pero otra me decía que vaya, que le demostrara a todos que era perfecta, a mi manera .Sí, debía ir, necesitaba ir, para asegurarme que todo había quedado en el pasado, que ya no me dolían las críticas que me habían hecho, que ya no me importaban.
Salí de mi casa algo indecisa hasta llegar al instituto. Pensé en arrepentirme e irme, pero ya había llegado hasta ahí, no podía dejarme vencer tan fácilmente. Respiré hondo y entré. Automáticamente los recuerdos invadieron mi mente…
Flashback
-¡Yo no he sido la culpable! Por favor, tiene que creerme...-grité molesta a la directora, me estaba acusando de algo que no había hecho.
-Ya está todo decidido, serás suspendida por dos días-me respondió ella tajantemente.
-Es injusto, yo no hice ABSOLUTAMENTE nada-me defendí, era cierto, tenía razón. Era una de las veces que en realidad decía la verdad, pero nadie me creía.
-Eso es todo-finalizó ella. Sentí unas lágrimas derramándose por mi mejilla, pero no eran de tristeza, eran de impotencia. Sabía que no me creería por más que consiguiera pruebas de que yo no había robado nada. Le bastaría con decir <<Es Aria Hutson>> con la misma voz de decepción de siempre, y todo el mundo creería que había sido yo.
Me levanté molesta, y caminé lo más rápido que pude hasta llegar a la puerta, la cual cerré con toda la fuerza que tenía. Vi por el rabillo del ojo a Emily Harrinson, quien estaba hablando con Fabricio; los dos mirándome y riéndose…de mí. Era de esperarse. Pasé al lado de ellos sin dirigirles la mirada, a pesar que tenía ganas de encararlos y decirles que ya me dejaran en paz. Solo quería eso, que se olvidaran de mí, no pedía nada más.
Fin del Flashback
-¿Eres…eres Aria Hutson, verdad?-escuché una voz que me hizo volver a la realidad.
-Emm..sí, soy yo-respondí.
-Soy David, ¿aún te acuerdas de mí? Tu compañero en clase de Arte.
Sonreí. La clase de Arte estaba guardada en unos de mis mejores recuerdos.
-Sí, no me olvido de las personas tan fácilmente-dije, y empezamos a caminar hasta entrar a la ceremonia. El salón estaba decorado con colores dorados. No sonreí, no tenía motivo alguno para hacerlo. David se fue y me quedé sola, ahí, sin saber a quién dirigirme y hablarle. Me arrepentí de haber venido, y ya cuando me iba a ir vi entrar a una chica en silla de ruedas. La conocía de alguna parte, pero exactamente no me acordaba de donde.
La chica se acercó más hasta que quedó a unos pocos metros de mí, y fue ahí donde la reconocí; no por la poca distancia que había entre nosotras, sino por la pulsera que llevaba en su muñeca derecha. Era ella. Emily Harrinson.
Una oleada de nostalgia vino hacia mí, y me sumergí en el mar de los recuerdos en mi mente. Me vió, de eso estaba segura, pero no me atreví a hablarle. No podía si quiera creer lo que estaba viendo con mis propios ojos.
-¿Aria?-fue ella la que se acercó a hablarme.
-La misma-dije, tratando de parecer tranquila.
-No puedo creer lo que has cambiado. No te reconozco ni siquiera un poco-dijo ella, observándome de pies a cabeza. La miré sin una expresión en particular. Era verdad, había cambiado, y mucho; tanto que a veces me miraba al espejo y no podía reconocer nada de la antigua Aria. Me había cortado un poco el cabello en un acto de rebeldía, y aunque seguía usando el mismo maquillaje negro en mis ojos, estaba distinta.
-Ha pasado tanto tiempo…
-7 años-la interrumpí. Bajó la mirada, mientras yo seguía sin creer lo que pasaba. ¿Acaso Emily Harrinson era…tímida? No, era imposible, a pesar de todo, su orgullo estaba siempre primero.
-¿Aria?..Quería..quería disculparme por todo. Fue una caprichosa y engreída, lo siento, de verdad-susurró más para ella misma que para mí, pero de todos modos la escuché.
No sabía que decir en ese momento, y mi cerebro no funcionaba muy bien que digamos en ese preciso instante en que me pidió perdón. Me fui sin siquiera dirigirle una palabra. Había sido demasiado para mí.
<<No debí venir, no debí venir…>> me repetí en mi mente una y otra vez. El haber ido al instituto había hecho que todos esos recuerdos invadieran mi mente de nuevo, recuerdos que había creído enterrados en mi memoria.
Llegué a mi casa cansada, y con las palabras de Emily resonando en mi cabeza.
-¿Cómo te fue mi amor?-me preguntó James desde el descanso de la escalera.
-Bien-mentí, y fingí una sonrisa-Iré a ver a Melannie, ya voy para allá-dije y me dirigí al cuarto de Mel, mi hija.
Ya estaba durmiendo, obviamente, y en su rostro se dibujaba una sonrisa que me hizo recordar algunos días cuando aún vivía con mis padres. Rodé los ojos, ese día había estado recordando momentos que había tratado 7 años en desaparecer…
Flashback
-Y miren quien llegó..-escuché con ironía a Melissa mientras me sentaba en la mesa del comedor.
-Hola, papá, mamá, Melissa-dije y me senté a comer.
-Papá, hoy me nombraron una de las alumnas con mejores calificaciones de la universidad-dijo mi hermana mayor, vanagloriándose como siempre. Mi papá sonrió y la felicitó, orgulloso de su hija perfecta.
-¿Y, Aria, que tal tu día hoy?-me preguntó sin mucho interés.
-Bien-me limité a responder, y tomé un sorbo de agua. No tenía ganas de hablar. Mis papás charlaban con Melissa, y por un momento me sentí fuera de lugar. Mi familia era la típica familia perfecta, y sabía que no encajaba ahí, pero no podía hacer nada, simplemente soportar todas las críticas que me hacían.
-Y, Aria, ¿te permiten ir con todo ese maquillaje negro al instituto?-me preguntó Melissa con aire de suficiencia. Rodé los ojos, ya estaba acostumbrada.
-Deberías de quitarte todo eso de la cara-siguió ella.
-Y ponerte ropa de colores más..vivos-ayudó mi mamá. Y así empezó toda una conversación de cómo me debía vestir, como debería actuar, como debería hablar, hasta que ya no pude más y me levanté de la mesa, a pesar de los gritos de mi padre diciendo que me quedara hasta que termine de comer, y me dirigí a mi habitación.
Las lágrimas volvieron a derramarse en el mismo rincón donde lloraba casi todos los días, pero tenía que ser fuerte, lo sabía.
Fin del Flashback
Al día siguiente llamé a Emily. Fuimos a tomarnos un café y a charlar. Es increíble que haya conversado tan animadamente con la chica que hizo que odiara la secundaria, pero ahora había cambiado. Y también es imposible que ahora esa chica, Emily Harrinson, la chica más popular del instituto hace 7 años, sea mi mejor amiga.
Hoy Melannie cumple 5 años, y he ido a casa de mis padres luego de una presentación que tuve en una de las galerías de acá, de Londres. He decidido llevar la fiesta en paz, y me he reconciliado con ellos. Melissa aún no me cree todo el cuento de la reconciliación, pero es mi hermana y pronto me perdonará, estoy segura.
Aún no me cabe en mi cabeza tanta felicidad que siento en ese momento. Y ahora, si pudiera volver a vivir, no cambiaría absolutamente nada, ni siquiera la secundaria. Porque todo eso valía la pena por la felicidad que vivía ahora, ya que realmente me sentía…Perfecta, a mi manera.
Wooooow!!! OMG!!! Me ha encantado!!!! esta super bien escrito y muy conmovedor!!!
ResponderEliminarya lo dije, OM...G!!
jaja!!!
besoos!!!
te quiere: Francheska